Este es un libro con la voluntad y la capacidad de cambiar el paradigma desde el que pensamos el conocimiento, que está destinado a convertirse en un clásico en su género.
¿Se ha preguntado alguna vez si el mundo sigue realmente ahí cuando usted no está mirando? Normalmente tendemos a dar por descontado que las cosas simplemente existen, que nuestro mundo es real, pero ¿hasta qué punto podemos estar seguros de qué es real y qué no lo es?
La ciencia contemporánea ha ampliado el campo de la historia: hoy sabemos que los seres vivos, la Tierra, el Universo, lejos de ser inmutables, son el fruto de una evolución que escapa a nuestros sentidos y que solamente se pone de manifiesto a través de la observación razonada que hace posible el método científico.
“Un libro excelente para expandir la mente del no experto; una valiosa psicoterapia para el físico confuso”
Joao Magueijo , autor de Faster than the Speed of Light
Aprenderemos que, según un destacado físico, trillones de años después de haber muerto resucitaremos instantáneamente y ante nosotros se extenderá una eternidad subjetiva de existencia: los días interminables de estar muerto.
"Los nuevos viajeros en el tiempo es un libro de lectura muy amena, y si bien no constituye un recetario para crear una máquina del tiempo, sí hace que el tema sea mucho más fácil de entender para el lector no especializado"
Bob Guntrip (Cosmos Magazine)
¿Y si fuera posible lanzar una penetrante mirada a las profundidades del espacio y descubrir no solo cuál es nuestro lugar en el universo sino también cómo llegamos aquí? Pues resulta que sí es posible, porque los telescopios de los astrónomos son como máquinas del tiempo.
Todos tenemos una aguda conciencia de la inevitabilidad de la muerte, o por lo menos de nuestra propia mortalidad, pero no todos somos conscientes de lo que la ciencia, a partir de los descubrimientos derivados de las investigaciones más recientes y de la intuiciones de científicos y filósofos, tiene que decir acerca del fin a gran escala, de cómo...
Durante los años ochenta y noventa del siglo XX, en lugares en los que nadie pensaba que fuese posible la vida, los científicos descubrieron unos organismos a los que calificaron de “extremófilos”: seres que parecen estar más cómodos sumergidos en ácido que en agua.
Alan Lightman explora los problemas filosóficos y emotivos planteados por los recientes descubrimientos de la ciencia. Sigue el diálogo entre la ciencia y la religión; el conflicto entre el de seo humano de permanencia y la transitoriedad de la naturaleza;
En el siglo XVI Nicolás Copérnico se atrevió a enfrentarse al establishment científico, filosófico y religioso afirmando que la Tierra giraba alrededor del Sol.
Vincenzo Barone traza el perfil cognitivo de Einstein (sensibilidad estética, pensamiento divergente o lateral, irreverencia –pero no desprecio– respecto a la autoridad, fe en el pensamiento racional y en la representación matemática de la naturaleza) y lo enhebra con las vicisitudes humanas relacionadas con la carrera y con la vida sentimental de Einstein.